viernes, 17 de octubre de 2008

Las mil noches y una noche. Versión original, sin cortes. La sexagésima segunda noche

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Pero cuando llegó la 62ª noche

Ella dijo:

‘No os citaré más que algunos rasgos principales.

‘Cierto día, uno de los chambelanes del califa Moawiah fue a anunciarle que un graciosísimo cojitranco llamado Aba-Bahr ben-Kais estaba esperando a la puerta. Y el califa dijo: ‘hacedle pasar’. Y el cojitranco entró, y el califa Moawiah le dijo: ‘Acércate para que me deleite con tus palabras’. Y le preguntó: ‘¡Oh Aba-Bahr! ¿Cuál es tu opinión acerca de mí?’ Y respondió el cojitranco:

‘¿La mía? Sabe, ¡oh Emir de los Creyentes! que mi oficio es afeitar cabezas, cortar bigotes, cuidar las uñas, depilar sobacos, afeitar ingles, limpiar los dientes, y en caso de necesidad, sangrar las encías; pero nunca haré ninguna de esas cosas en día de viernes, porque sería un sacrilegio’.

Entonces el califa le dijo: ‘¿Y cuál es tu opinión acerca de ti mismo?’ Y el cojitranco respondió: ‘Pongo un pie delante del otro y lo hago adelantar lentamente, siguiéndolo siempre con la vista’.

El califa preguntó entonces: ‘¿Cuál es tu opinión acerca de tus jefes?’ Y el otro contestó: ‘Al entrar los saludo con toda ceremonia, y aguardo que me devuelvan el saludo’.

Entonces preguntó el califa: ‘¿Y cuál es tu opinión acerca de tu mujer?’ Y exclamó el cojitranco: ‘Dispénsame de contestar a eso, ¡oh Emir de los Creyentes!’ Pero el califa insistió: ‘Te conjuro a que me contestes, ¡oh Aba-Bahr!'

Y entonces el cojitranco dijo: ‘Mi esposa, como todas las mujeres, fue creada de la última costilla, que es una costilla de mala calidad y toda torcida’. Y el califa dijo: ‘¿Pero qué haces cuando quieres acostarte con ella?’ Y el cojitranco respondió: ‘Le hablo con agrado para prepararla bien, después le doy dos besos en todas partes, para excitarla como es debido, y apenas está en la disposición que tú comprendes, la tumbo de espaldas y la cabalgo. Y entonces, cuando la gota de nácar se ha incrustado en su cimiento, exclamo: ‘¡Oh Señor!, ¡haz que esta simiente se cubra de bendiciones, y no le asignes una forma mala; modélala según la belleza!’ Después me levanto para hacer mis abluciones; cojo agua con las dos manos, la hago correr por mi cuerpo, finalmente glorio a Alah por sus beneficios’.

Entonces el califa exclamó: ‘En verdad, has contestado deliciosamente. Así es que quiero que me pidas algo’. Y Aba-Bahr el cojitranco dijo: ‘¡Únicamente que la justicia sea igual para todos!’ Y se fue. Y el califa exclamó: ‘¡Aunque en todo el reino del Irak no hubiera más que este sabio, bastaría con esto!’

‘Reinando el califa Omar ibn-Al-Khattab, era su tesorero el anciano Moaikab...’

En este momento de su narración, Schehrazada vio aparecer la mañana, y se calló discretamente.”

Continuará: La sexagésima tercera noche

Saludos
Valram

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