martes, 24 de febrero de 2009

Las mil noches y una noche. Versión original, sin cortes. La centésima nonagésima novena noche

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"Y cuando llegó la 199ª noche

Ella dijo:

...El otro contestó: 'Empecemos por tomar un bocado'.

Comieron y bebieron, y Marzauán dijo entonces al príncipe: '¡Verás! Cuando el rey advierta que transcurren dos días y no regresas, y cuando los conductores le digan que hemos partido a medianoche, mandará enseguida en nuestra busca a gente que no dejará de ver en la encrucijada tu camisa y tus calzones ensangrentados, y dentro de los cuales he tenido, además, la precaución de meter algunos pedazos de carne de caballo y los huesos rotos. Y así nadie dudará que una fiera te ha devorado y que yo he huido lleno de terror'. Luego añadió: 'Indudablemente esa noticia será un golpe terrible para tu padre; pero en cambio, ¡cuál no será después su júbilo cuando sepa que vives y estás casado con Sett-Budur!' Kamaralzamán nada tuvo que replicar a esto, y dijo: '¡Oh Marzauán, tu ocurrencia es excelente y tu estratagema ingeniosa! Pero ¿cómo nos arreglaremos para los gastos?' Marzauán respondió: '¡No te preocupe eso! He traído conmigo las más hermosas pedrerías, de las cuales la peor vale más de 200,000 dinares'.

Y así siguieron viajando durante bastante tiempo, hasta que por fin avistaron la ciudad del rey Ghayur. Echaron entonces a todo galope los caballos, y franquearon los muros, y entraron por la puerta principal de las caravanas.

Kamaralzamán quiso ir en seguida a palacio; pero Marzauán le dijo que tuviera otro poco de paciencia, y le llevó al khan, en donde paraban los ricos extranjeros, y allí estuvieron tres días completos para descansar bien de las fatigas del viaje. Y Marzauán aprovechó el tiempo en mandar fabricar para uso del príncipe un artilugio completo de astrólogo, todo de oro y materias preciosas; y luego le llevó al hammam, y después del baño le vistió con un traje de astrólogo, y habiendo comunicado las instrucciones necesarias, le guió hasta el pie del palacio del rey, y le dejó para ir a avisar a su madre, la nodriza, a fin de que ésta advirtiera a la princesa Budur.

En cuanto a Kamaralzamán, llegó hasta el pórtico del palacio...

En este momento de su narración, Schehrazada vio aparecer la mañana, y como era discreta, se calló."

Continuará: La ducentésima noche...

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Saludos
Valram

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