jueves, 12 de marzo de 2009

Las mil noches y una noche. Versión original, sin cortes. La ducentésima decimoquinta noche

_______________________________
"Pero cuando llegó la 215ª noche

Ella dijo:

... Separó entonces velozmente la tierra y los guijarros, dejando al descubierto una gran chapa de bronce, que se apresuró a quitar.

Entonces columbró una escalera de diez peldaños bastante altos abierta en la roca; y tras de haber pronunciado las palabras propiciatorias la ilah il'Alah, se dio prisa en bajar, y vio una ancha cueva cuadrada, de construcción muy antigua, de los tiempos remotos de Thammud y Aad; y en aquella cueva abovedada encontró veinte tinajas enormes, colocadas en orden a ambos lados. Levantó la tapa de la primera, y comprobó que estaba completamente llena de barras de oro rojo; levantó entonces la segunda tapa, y advirtió que la segunda tinaja estaba repleta de polvo de oro. Y abrió las otras dieciocho, y las encontró llenas alternativamente de barras y polvo de oro. '

En este momento de su narración, Schehrazada vio aparecer la mañana, y como discreta, se calló."

Continuará: La ducentésima decimosexta noche...

Para los nuevos suscriptores:
La primera entrada está en Las mil noches y una noche. Antecedentes, de donde pueden navegar dando click en la opción "Entrada más reciente", al pié de la página.

Saludos
Valram

¡Recibe la colección competa en tu e-mail!, suscríbete aquí, ¡es completamente gratis!