viernes, 27 de marzo de 2009

Las mil noches y una noche. Versión original, sin cortes. La ducentésima trigésima noche

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"Y cuando llegó la 230ª noche

Ella dijo:

...¡Oh Kamaralzamán! ¿Cuál puede ser la causa de suceso tan extraño?'

Reflexionó otro rato, y después exclamó: '¡Por Alah! ¡He dado con la causa; pero sea confundido Eblis! Seguramente este rey, que es muy joven y hermoso, debe de creerme aficionado a muchachos, y sólo me demuestra tanta amabilidad por esto. Pero ¡por Alah! no puedo aceptar semejante función. Y es necesario poner en claro sus proyectos; y si efectivamente pretendiera eso de mí, le devolvería en el acto cuanto me ha dado, y abdicaría mi empleo de gran visir, y me volvería a mi jardín'.

Y Kamaralzamán fue inmediatamente a ver al rey, y le dijo: '¡Oh rey afortunado! en verdad que colmaste a tu esclavo de honores y consideraciones que no suelen otorgarse más que a venerables ancianos encanecidos en la sabiduría; y yo no soy más que un joven entre los más jóvenes. ¡De modo que si todo esto no tuviera una causa desconocida, sería el prodigio más inmenso entre los prodigios!'

Oídas estas palabras, Sett-Budur sonrió y miró a Kamaralzamán con ojos lánguidos, y le dijo: 'Efectivamente, mi hermoso visir, todo eso tiene su causa, y es el cariño que tu belleza ha encendido súbitamente en mi hígado. Pues en verdad que me ha cautivado en extremo tu tez tan delicada y tranquila'.

Pero Kamaralzamán dijo: '¡Prolongue Alah los días del rey! Pero tu esclavo tiene una esposa a quien ama, y por la cual llora todas las noches desde una aventura extraña que le alejó de ella. ¡Por eso, oh rey, tu esclavo te pide permiso para irse a viajar después de haber dejado en tus manos los cargos con que has tenido a bien honrarle!'

Pero Sett-Budur cogió la mano al joven, y le dijo: '¡Oh mi hermoso visir, siéntate! ¿Por qué vienes a hablarme de viaje y partida? Quédate aquí, junto al que arde por tus ojos y está dispuesto, si quieres compartir su pasión, a hacerte reinar con él en este trono. Porque has de saber que yo también fui nombrado rey a consecuencia del afecto que el rey viejo me manifestó, y de lo amable que para él he sido. Ponte ya al corriente, ¡oh joven gentilísimo! de las costumbres de este siglo, en el cual la prioridad corresponde de derecho a los seres bellos, y no olvides las acertadas frases de uno de nuestros más exquisitos poetas...

En este momento de su narración, Schehrazada vio aparecer la mañana, y se calló discretamente."

Continuará: La ducentésima trigésima primera noche...

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Valram

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