lunes, 11 de mayo de 2009

Las mil noches y una noche. Versión original, sin cortes. La ducentésima septuagésima quinta noche

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"Y cuando llegó la 275ª noche

Ella dijo:

'...los diablos vuelven tumultuosos, y trabajan todo lo posible por turbarle el alma, sugerirle la duda y enfriarle el espíritu y el fervor!

'¡Cuando el hombre hace sus abluciones, es obligatorio que corra el agua por todo su cuerpo, por todos sus pelos visibles o secretos y por sus miembros sexuales, debiendo también frotarse por todas partes y no lavarse los pies hasta lo último!'

El sabio dijo: '¡Bien contestado! ¿Puedes ahora decirme cómo hay que proceder en la ablución llamada tayamuin?'

Ella contestó: 'La ablución llamada tayamum es la purificación con arena y polvo. Se verifica esta ablución en los siete casos, establecidos según usos conforme a la práctica del Profeta. Y se efectúa siguiendo las cuatro indicaciones previstas por la enseñanza directa del Libro.

'Los siete casos que permiten esta ablución, son: la carencia de agua; el miedo a agotar la provisión de agua; la necesidad de esta agua para beber; el temor de perder una parte de ella al transportarla; las enfermedades que producen aversión al agua; las fracturas que precisan reposo para soldarse; las heridas que no se deben tocar.

'En cuanto a las otras cuatro condiciones necesarias para cumplir esta ablución con arena y polvo, son: primeramente obrar de buena fe; luego tomar arena o polvo con las manos y hacer ademán de frotarse con ello el rostro; después hacer ademán de frotarse también los brazos hasta los codos y secarse las manos.

Hay dos prácticas igualmente recomendables por ser conformes a la Sunna: empezar la ablución con la fórmula invocadora: '¡En el nombre de Alah ! ', y efectuar la ablución de todo el lado derecho del cuerpo antes que la del lado izquierdo'.

El sabio dijo: '¡Muy bien! Pero, volviendo a la plegaria, ¿puedes decirme cómo debe verificarse y en qué acciones se basa?'

Ella replicó: 'Los actos requeridos para hacer la plegaria constituyen otras tantas columnas que la sostienen. Estas columnas de la plegaria son: primera, la buena intención; segunda, la fórmula del Takbir, que consiste en pronunciar estas palabras: '¡Alah es el más grande!'; tercera, recitar la Fatiha, que es el capítulo que abre el Korán; cuarta, prosternarse con la cara en tierra; quinta, levantarse; sexta, hacer la profesión de la fe; séptima, sentarse sobre los talones; octava, hacer votos por el Profeta, diciendo: '¡Con él sean la plegaria y la paz de Alah!'; novena, mantenerse siempre en la misma intención pura.

'Hay otras condiciones de una buena plegaria, tomadas solamente de la Sunna, a saber: levantar ambos brazos, con las palmas vueltas hacia arriba, en dirección a la Meca; recitar una vez más la Fatiha; recitar otro capítulo del Korán, por ejemplo, la Surata de la Vaca; pronunciar otras diversas fórmulas piadosas, y terminar con votos por nuestro Profeta. (¡Con él la plegaria y la paz!)'

En este momento de su narración, Schehrazada vio aparecer la mañana, y se calló discretamente."

Continuará: La ducentésima septuagésima sexta noche...

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Saludos
Valram

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