sábado, 19 de junio de 2010

Las mil noches y una noche. Versión original, sin cortes. La septingentésima noche

NOTA IMPORTANTE:
En la 679
ª (sexcentésima septuagésima novena) noche se interrumpe el número consecutivo de las noches de Schehrazada y continúa en la 700ª (septingentésima) noche, sin embargo, la continuidad de las historias no se interrumpe; ignoro la razón de este suceso, pero esta presentación de Las mil noches y una noche, es ‘tal como está’.

Atentamente
Valram

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Pero cuando llegó la 700ª noche

Ella dijo:

¡...Gloria a Alah, que no ha creado espectáculo más encantador que el de dos amantes dichosos, que después de embriagarse con las delicias de la voluptuosidad, reposan en su cama, con los brazos entrelazados, las manos unidas y los corazones latiendo juntos!

Cuando se despertaron al día siguiente, no dejaron de repetir sus escarceos, con más intensidad, calor, multiplicidad, repeticiones, vigor y experiencia que la víspera. Así es que la princesa franca, maravillada y en el límite de la admiración al ver tantas facultades reunidas en los hijos de los musulmanes, se dijo: ‘¡En verdad que cuando una religión inspira y desarrolla en sus creyentes tales alardes de valor, de heroísmo y de aptitud, es incontestablemente la mejor, la más humana y la única verdadera entre todas las religiones!’ Y en el momento quiso ennoblecerse con el Islam.

Encaróse con Nur, y le preguntó: ‘¿Qué tengo que hacer para ennoblecerme con el Islam, ¡oh ojos míos!? iPorque quiero hacerme musulmana como tú, ya que la paz de mi alma no se hallaba con los francos, que hacen una virtud de la horrible continencia y nada estiman tanto como un sacerdote castrado! ¡Son unos pervertidos que ignoran el valor inestimable de la vida! ¡Son unos desgraciados a quienes no calienta con sus rayos el sol! ¡Así es que mi alma quiere morar aquí, donde florecerá con todas sus rosas y cantará con todos sus pájaros! ¡Dime, pues, qué tengo que hacer para convertirme en musulmana!’

Y Nur, lleno de dicha por haber contribuido así, en la medida de sus fuerzas, a convertir a la princesa franca, le dijo: ‘¡Oh mi señora! ¡Nuestra religión es sencilla e ignora las complicaciones externas! ¡Tarde o temprano, reconocerán todos los descreídos la superioridad de nuestras creencias, y se encaminarán a nosotros por sí mismos, como se sale de las tinieblas a la luz, de lo incomprensible a lo claro y de lo imposible a lo natural! En cuanto a ti, ¡oh princesa de bendición! para lavarte de la mugre cristiana, no tienes más que pronunciar estas palabras: ‘¡No hay más Dios que Alah y Mohamed es el Enviado de Alah! ¡Y al instante te volverás creyente musulmana!’ Al oír estas palabras, la princesa Mariam, hija del rey de los francos, levantó el dedo y pronunció:

‘¡Atestiguo y certifico que no hay más Dios que Alah y que Mohamed es el Enviado de Alah!’ ¡Y al instante se ennobleció con el Islam! ¡Gloria a Quien con procedimientos sencillos abre los ojos de los ciegos, torna sensibles los oídos de los sordos, desata la lengua de los mudos y ennoblece los corazones pervertidos, al Dueño de las virtudes, al Distribuidor de gracias, al Bueno para sus creyentes! ¡Amín!

Realizado de tal modo aquel acto importante (¡loado sea Alah!) se levantaron ambos de su lecho de voluptuosidad, y fueron a los retretes, haciendo luego sus abluciones y las plegarias prescritas. Tras de lo cual comieron y bebieron y se pusieron a charlar con mucho agrado y a divagar amistosamente. Y cada vez se maravillaba más Nur de los conocimientos numerosos de la princesa y de su sabiduría y sagacidad.

Por la tarde, a la hora de la plegaria del asr, el joven Nur se dirigió a la mezquita, y la princesa Mariam fue a pasearse por el lado de la Columna del Mástil. ¡Y he aquí lo referente a ellos!

Pero en cuanto al rey de los francos de Constantinia, padre de Mariam, cuando supo la captura de su hija por los piratas musulmanes, afligióse hasta el límite de la aflicción y se desesperó hasta sentirse morir. Y envió a todas partes jinetes y patricios para que hicieran las pesquisas necesarias y rescataran a la princesa y la salvaran, de grado o por fuerza, de las manos de sus raptores. Pero cuantos se encargaron de aquellas pesquisas regresaron al cabo de cierto tiempo sin haberse enterado de nada. Entonces hizo ir a su visir, que también era jefe de policía, un viejecillo tuerto del ojo derecho y cojo de la pierna izquierda, pero un verdadero demonio entre los espías; porque era capaz de desenredar, sin romperlos, los hilos enredados de una tela de araña, de sacar los dientes a un dormido sin despertarle, de escamotear los bocados entre los labios de un beduino hambriento, y de horadar por tres veces seguidas, a un negro sin que el negro pudiese ni revolverse siquiera. Y le dio la orden de recorrer todos los países musulmanes y que no volviera sin la princesa. Y le prometió toda clase de honores y de prerrogativas a su regreso, pero haciéndole entrever el palo para en caso de que fracasase. Y se apresuró a partir el visir tuerto y cojo. Y empezó a viajar, disfrazado, por países amigos y enemigos, sin dar con ninguna pista, hasta que llegó a Al-Iskandaria.

Y aquel día precisamente fue a la Columna del Mástil, con los esclavos que le habían acompañado, para recrearse un momento. Y quiso el destino que se encontrase con la princesa Mariam, la cual tomaba el fresco por aquellos contornos. Así es que, en cuanto la reconoció, se bamboleó de alegría, y se precipitó a su encuentro. Y llegado que fue ante ella, puso una rodilla en tierra y quiso besarle las manos. Pero la princesa, que había adquirido todas las virtudes musulmanas y la decencia para con los hombres, aplicó una tremenda bofetada a aquel visir franco tan feo, y le gritó: ‘¡Perro maldito! ¿Qué vienes a hacer en tierra musulmana? ¿Acaso crees que voy a caer en tu poder...?

En este momento de su narración, Schehrazada vio aparecer la mañana, y se calló discretamente.”

Continuará: La septingentésima primera noche

Noticias de referencia:
Las mil y una noches, denunciado por indecente
http://www.eluniversal.com.mx/notas/678635.html

Editan “Las mil y una noches” de Vargas Llosa
http://www.eluniversal.com.mx/cultura/61906.html

¿Y si “Las mil y una noches” lo escribió una mujer?
http://www.eluniversal.com.mx/cultura/61873.html

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Saludos
Valram

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