lunes, 31 de mayo de 2010

Las mil noches y una noche. Versión original, sin cortes. La sexcentésima sexagésima primera noche

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Pero cuando llegó la 661ª noche

Ella dijo:

…y tuvo muchas más consideraciones y atenciones para el joven Anís, quien, por otra parte, se mostró todavía más reservado y más discreto que de costumbre.

Pero cuando se terminó la comida y se marchó el joven Anís, el judío se dijo: ‘¡Por los cuernos de nuestro señor Muza, que he de abrasarles el corazón al separarlos!’ Y sacó del seno una carta que abrió y leyó; luego exclamó: ‘He aquí que voy a verme obligado a partir de nuevo para un viaje largo. ¡Porque me llega esta carta de mis corresponsales del extranjero, y es preciso que vaya a verles para arreglar con ellos un importante asunto comercial!’ Y Zein Al-Mawassif supo disimular perfectamente la alegría que le causaba esta noticia, y dijo: ‘¡Oh esposo mío bienamado! ¡Vas a dejarme morir durante tu ausencia! ¡Dime, por lo menos, cuánto tiempo vas a estar lejos de mí!’ Dijo él: ‘¡Tres años, o acaso cuatro años, ni más ni menos!’ Ella exclamó: ‘¡Oh, pobre Zein Al- Mawassif! ¡Tu mala suerte no te deja nunca disfrutar de la presencia de tu esposo! ¡Oh desesperación de mi alma!’

Pero le dijo él: ‘¡No te desesperes más por eso! ¡Porque para no dejarte sola esta vez y exponerte a la tristeza, quiero que vengas conmigo! ¡Levántate, pues, y ordena que tus doncellas Hubub, Khutub, Sukub y Rukub te ayuden a hacer tu equipaje para la marcha!’

Al oír estas palabras, a la quebrantada Zein Al-Mawassif se le puso el color muy amarillo, y sus ojos humedeciéronse con lágrimas, y no pudo pronunciar ni una sola palabra. Y su marido, que interiormente se dilataba de contento, le preguntó con acento muy afectuoso: ‘¿Qué te pasa, Zein?’ Ella contestó: ‘¡Nada, por Alah! ¡Solamente estoy un poco emocionada con esta agradable noticia de saber que ya no voy a separarme de ti!’

Luego se levantó y se puso a hacer los preparativos de la marcha, ayudada por sus doncellas, a la vista de su esposo el judío. Y no sabía cómo enterar de la triste nueva a Anís. Por fin pudo disponer de un momento para trazar sobre la puerta de entrada estos versos de adiós a su amigo:

¡A ti mis penas, Anís! ¡Hete aquí solo, con el corazón sangrando por vivas heridas!

¡Los celos más que la necesidad ocasionan nuestra separación! ¡Y la alegría hubo de entrar en el alma del envidioso a la vista de mi dolor y de mi desesperación!

¡Pero por Alah juro que no me poseerá otro que no seas tú, Anís, aunque venga acompañado de mil intercesores!

Tras de lo cual montó en el camello preparado para ella, y segura de no volver a ver ya a Anís, se metió en su litera, dedicando versos de adiós a la casa y al jardín. Y se puso en marcha toda la caravana, con el judío a la cabeza, Zein Al-Mawassif en medio y las doncellas a la cola. Y esto es lo referente a Zein y a su esposo el judío...

En este momento de su narración, Schehrazada vio aparecer la mañana, y se calló discretamente.”

Continuará: La sexcentésima sexagésima segunda noche

Noticias de referencia:
Las mil y una noches, denunciado por indecente
http://www.eluniversal.com.mx/notas/678635.html

Editan “Las mil y una noches” de Vargas Llosa
http://www.eluniversal.com.mx/cultura/61906.html

¿Y si “Las mil y una noches” lo escribió una mujer?
http://www.eluniversal.com.mx/cultura/61873.html

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Valram

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