domingo, 22 de marzo de 2009

Las mil noches y una noche. Versión original, sin cortes. La ducentésima vigésima quinta noche

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"Pero cuando llegó la 225ª noche

Ella dijo:

...¡Acababa de reconocer la cornalina que llevó en otro tiempo sujeta al nudo de seda del calzón!

Al volver en sí, merced a los cuidados de Hayat-Alnefus, Sett-Budur cogió la cornalina talismánica y se la llevó a los labios, exhalando un suspiro de felicidad: después, para que las esclavas no se enteraran de su disfraz, las despidió a todas, y dijo a su amiga: '¡He aquí, ¡oh amada mía querida! el talismán causante de que estemos separados mi esposo adorado y yo! ¡Pero así como he dado con él, pienso volver a encontrar a aquel cuya venida nos llenará de felicidad a ambas!'

Inmediatamente mandó llamar al capitán de la nave, que se le presentó, y besó la tierra entre sus manos, y aguardó que le preguntaran. Entonces Budur le dijo: '¿Puedes decirme, ¡oh capitán! lo que hace en su tierra el amo de los tarros de aceitunas?' El capitán respondió: 'Es ayudante de jardinero, y había de embarcarse con sus aceitunas para venir a venderlas aquí, pero no llegó a tiempo al barco'. Budur le dijo: 'Pues bien; sabe, ¡oh capitán! que al probar las aceitunas, de las cuales las mejores están, efectivamente, rellenas, he descubierto que el que las ha preparado no puede ser más que uno que fue cocinero mío, pues era el único que sabía dar al relleno de alcaparras ese sabor picante y suave a la vez que me gusta infinito. Y ese maldito cocinero se escapó, temiendo que le castigaran por haber perjudicado a un pinche al tratar de acariciarlo de una manera harto dura y poco proporcionada. Por consiguiente, es menester que te des a la vela y me traigas lo antes posible a ese ayudante de jardinero, porque sospecho mucho que sea mi cocinero, autor del desgarrón de su delicado pinche. Y te recompensaré con liberalidad si cumples mis órdenes con gran diligencia; de lo contrario, no te permitiré volver más a mi reino; y como volvieras, te mandaría matar, lo mismo que a los de tu tripulación...

En este momento de su narración, Schehrazada vio aparecer la mañana, y como discreta, se calló."

Continuará: La ducentésima vigésima sexta noche...

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Valram

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