domingo, 1 de marzo de 2009

Las mil noches y una noche. Versión original, sin cortes. La ducentésima cuarta noche

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"Pero cuando llegó la 204ª noche

Ella dijo:

...y se amaron recíprocamente durante mucho tiempo entre fiestas, bendiciendo a Alah el Bienhechor.

Pero una noche, después de cierto festín al cual habían sido invitados los principales personajes de las islas exteriores e interiores, y cuando Kamaralzamán había disfrutado de manera todavía más grata que la acostumbrada de las suntuosidades de su esposa, tuvo, dormido ya, un sueño en el cual vio a su padre, el rey Schahramán, que se le aparecía con la cara bañada en llanto, y le decía tristemente:'¿Cómo me abandonas así ya, Kamaralzamán? ¡Mira! ¡Voy a morirme de dolor!'

Entonces Kamaralzamán se despertó sobresaltado, y despertó también a su esposa, y empezó a exhalar hondos suspiros.

Y Sett-Budur, ansiosa, le preguntó: '¿Qué te pasa, ojos míos? Si te duele el vientre, te haré enseguida un cocimiento de anís e hinojo. Y si te duele la cabeza, te pondré en la frente paños de vinagre. Y si has comido demasiado por la noche, te colocaré encima del estómago un panecillo caliente envuelto en una servilleta, y te daré a beber un poco de agua de rosas mezclada con jugo de otras flores...

En este momento de su narración, Schehrazada vio aparecer la mañana y se calló discretamente."

Continuará: La ducentésima quinta noche...

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Saludos
Valram

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