sábado, 14 de febrero de 2009

Las mil noches y una noche. Versión original, sin cortes. La centésima octogésima novena noche

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"Y cuando llegó la 189ª noche

Ella dijo:

...el rey corrió al retrete y vio que, efectivamente, la palangana consabida contenía una cantidad enorme de sangre, y dijo para sí: '¡Este es un indicio de que la contrincante tiene una salud maravillosa y una expansión leal y franca!' Y pensó también: '¡Advierto con certeza en todo esto la mano del visir!' Después volvió apresuradamente junto a Kamaralzamán, exclamando: '¡Veamos ahora la sortija! Y la cogió, y le dio vueltas y más vueltas, y luego se la devolvió a Kamaralzamán, diciendo: 'Es una prueba que me confunde por completo'. Y permaneció una hora sin decir palabra. Después se lanzó de pronto sobre el visir, y le gritó: '¡Tú eres el que ha armado toda esta intriga, viejo alcahuete!'

Pero el visir cayó a los pies del rey, y juró, por el Libro Noble y por la Fe, que no se había metido en nada de aquello. Y el eunuco hizo el mismo juramento.

Entonces el rey, que cada vez lo entendía menos, dijo a su hijo: '¡Sólo Alah puede aclarar este misterio!' Pero Kamaralzamán muy conmovido, replicó: '¡Oh padre mío! ¡Te suplico que hagas pesquisas y gestiones para devolverme a la deliciosa joven cuyo recuerdo me alborota el alma, y te conjuro a que tengas compasión de mí y hagas que se la encuentre, o moriré!'

En este momento de su narración, Schehrazada vio aparecer la mañana, y como era discreta, se calló."

Continuará: La centésima nonagésima noche...

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Saludos
Valram

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